La Luz que Enceguece por Daniel Elfenbaum
"...porque siempre encontrarás brazos abiertos, disponibles para acompañarte,"

Durante muchos años observé en talleres, consultas privadas de todo tipo de terapias y en nuestros programas de coaching que hay un momento Má gico de Transformación, en el cual el aprendiz se enciende, pero antes se ciega.

Ese es el Mágico Momento de la Alquimia Personal, ese es el momento que algunos llaman Salto Cuántico y, puede ser (o no) el comienzo del proceso m ás fuerte que pueda tener un ser humano que es el que se conocía antiguamente por los místicos como La Noche Oscura del Alma o El Lado Oscuro del Corazón. No siempre es así, y aunque ese gran proceso y trasmutación no suceda, sucede un cambio, y un CAMBIO que podría significar un antes y un después en su Vida. Pero la mayoría de los aprendices ó pacientes (o como se los llame) se pierden ese goce por su interpretación de lo que es el sufrimiento, el dolor, la tristeza, etc. Tanto es así que algunos se echan para atrás y no se animan a seguir avanzando, prefieren volver a esa zona cómoda, y son atrapados nuevamente por las Fuerzas Conservadoras. En el mejor de los casos se resisten tanto que ese dolor duele mucho más.

¿Qué es ese dolor que duele tanto?:

El EGO… el Paradigma de Vida o suma de Creencias que sostiene a ese Ego y esa Personalidad construida por mucho tiempo. Y no es solo esa Personalidad individual, sino la que el Sueño del Planeta (como dirían los Nauatl de México) les ayudó a construir y que responde a los padres, familia, maestros, comunidad, historia occidental, religiones, emociones, represiones, etc. etc. etc.

Decía Einstein: «Es más fácil partir un átomo que cambiar una creencia».
En parte estoy de acuerdo con esta frase de Einstein y en parte no, porque si bien es difícil y doloroso soltar o transformar una creencia no es imposible, y en eso radica mi trabajo y el trabajo de todas aquellas personas que buscamos transformar la Consciencia. El soltar la propia personalidad es uno de los procesos más dolorosos del ser humano… ¿porqué?… porque no queda nada, sin esa creencia se pierde el Sentido de ¿Quién Soy?. Ya no hay certeza alguna, los viejos códigos y mandamientos ya no sirven de nada, y si no soy Este/a… ¿Quién Soy?… y esta pregunta no son muchos los que animan a hacérsela, porque solo hacérsela significaría entrar en el proceso Total de Incertidumbre.
Y como decía Heráclito: «El Ser Humano es el único ser enfermo de Certidumbre».

2 Tipos de Aprendizajes

Si deseas aplicar las matemáticas, conducir un auto o comprender a Aristóteles no necesitas hacer ningún cambio en Tu Ser Esencial. Cualquier escuela (de las que abundan muchas) puede ofrecer cursos e inclusive carreras sobre la lógica, la filosofía e inclusive sobre la psicología. No es necesario cambiar nada para comprender, solo añadir información, no es requisito estar en un plano diferente de consciencia… en esos espacios el Ser no se transforma.
Pero la tarea de conocerse a Uno mismo y Transformarse es otro tipo de Aprendizaje. Este camino está sembrado de obstáculos, porque ningún conocimiento acumulado será de gran ayuda, de nada servirá una mente muy cultivada. Se necesita una cualidad muy diferente del Ser y esa cualidad no se enseña… se descubre.

Esa cualidad se descubre en un proceso puramente individual y algunos lo llaman oscuridad. Ese proceso de Transformación muchas veces viene acompañado de revoluciones, nuevas emociones, síntomas corporales, dolores, diarreas, cefaleas, etc. que a veces hasta interpretamos como amenazas. Pero no es oscuro, simplemente es desconocido, es oscuro porque no estamos aún en ese plano del ser donde lo podemos comprender. No es oscuro, simplemente estamos ciegos. Sucede que cuando nos animamos a transitar ese espacio, y llegamos a ese plano diferente la oscuridad desaparece. Me gusta utilizar esta metáfora de Osho:

«Aunque el sol está allí, si te paras frente a él con los ojos cerrados, podrías decir que el sol está oscuro, e inclusive sucede, que si te pones frente a él con los ojos abiertos, su luz es tan fuerte que te enceguece».

Y piénsalo por unos segundos, estas frente a la luz, pero es tan poderosa, que tienes que cerrar los ojos y sobreviene la oscuridad. Y me gusta utilizar esta metáfora para compararla con los procesos de Transformación. En una terapia, un programa o cualquier Camino de Autoconocimiento, si bien lo iniciamos para hacer un Cambio Fundamental en Nuestra Vida, aparecen momentos muy dolorosos, confusos, odiosos, de los cuales quisiéramos escapar, y me peleo contra todo y todos. Y cuanto más resistencia más dolor, quisiéramos volver atrás y acomodar todo, pero ya no es posible… porque???… porque ME DESCUBRIERON… ME DESCUBRÍ.
Y otro de los síntomas comunes es negarlo… negar el proceso… negar el curso, negar el maestro… y hasta odiar al maestro.

La paradoja del Amor y el Odio y el rol del Maestro:

La tarea de trabajar para acompañar a otros en su Transformación es un proceso aún más difícil, porque requiere primero la propia Transformación, requiere de una Consciencia que Ame el Dolor, y comprenda que el Amor y el Odio son parte de lo mismo.
El maestro (que puede tener muchos nombres: guía espiritual, coach, terapeuta, etc.) más consciente y auténtico no es aquel que busca ser amado y comprendido por el aprendiz, sino, que su propósito es que el aprendiz se conozca y ame a Sí Mismo. Aunque esto implique muchas veces ser cuestionado e inclusive odiado. Y esto implica la aceptación de la paradoja de la Vida. La Vida misma es contradicción, la Vida y la Muerte son parte de lo mismo, sin embargo se nos ha enseñado que la vida es vida y la muerte es muerte. Aristóteles dice que A es A y no puede ser B. Una es buena, la otra es mala. ¿Dónde podríamos ocultarnos para escapar de la muerte?, y lamentablemente la piedra angular del pensamiento occidental es: Evitar la contradicción.
En el Amor está implícito el Odio. Ver ambas cosas unidas es insoportable. Para el pensamiento occidental la mente debe ser clara, sistemática, racional, la lógica debe ser el objetivo de la Vida y no se deben mezclar los opuestos.

En síntesis todo lo tenemos que separar para comprenderlo. Y aquí radica la principal fuente de sufrimiento del Ser Humano: la Separación.
Pero si hay algo que caracteriza a la especie humana es que está en continuos procesos analógicos, en continuo movimiento, cambio, nada es estático. Todo tiene su contraparte para que exista, que es opuesto y es complementario al mismo tiempo.
La contradicción adquiere su belleza cuando se alcanza ese nivel de consciencia del que hablábamos antes, cuando acepto que la luz me enceguece, oscuridad y luz son las dos caras de la misma moneda.

Si no puedes odiar a la misma persona a quien amas, no habrá tensión en tu amor. No habrá polaridad, será una cosa inerte y sin vida. Si no puedes enojarte con quien amas, habrá una parte que estarás negando, se volverá inauténtico, falso, en no mucho tiempo se volverá rancio y acabará en aburrimiento, desinterés y tomará diferentes formas de manipulación para sostener solo la creencia.

Si no puedes ser sincero, auténtico, honesto e incluir todas tus partes en Tu Ser… eres solo una fachada, una máscara de un personaje que estas representando para ser querido/a, y en muy poco tiempo el/los otros se darán cuenta de esa máscara, y solo Indiferencia, porque sienten que no eres auténtica/o, TOTALMENTE TÚ, y al mismo tiempo no podrán dirigir el Amor hacia Ti porque la otra parte no la conocen.

Si no puedes moverte hacia los opuestos, todo se torna estático y tedioso. Eso explica porque las personas demasiado cultivadas e intelectuales se vuelven aburridas. Observa a aquellos que siempre sonríen y nunca se enojan (y no son precisamente iluminados). A una acusación, a una ofensa, a un maltrato responden siempre con una sonrisa, su sonrisa es poco creíble y hasta veces peligrosa. No sonríen, sino que simplemente su cara obedece a un código.

Elizabeth Kubler Röss decía: «Las personas que siempre aman y nunca se enojan son superficiales en sus emociones y son las más propensas a todo tipo de enfermedad».

No es casual que esta doctora en su sistema de sanación para sus pacientes haya buscado sistemas de expresión del odio, y lo que es más interesante aún, que muchos de sus pacientes remisionaron enfermedades. Lo mismo hacía Osho (y se sigue haciendo en su centro de Puna en la India ), creando meditaciones y dinámicas que ayudan a expresar lo no dicho y a extrovertir las emociones. El odio no tiene nada de malo, porque es a través de él que se llega al amor, la ira no tiene nada de malo, porque es a través de ella que se llega a la profunda quietud y sincera serenidad. Ir de la risa al llanto, de la salud a la enfermedad, de la tristeza a la alegría.

Estar vivo implica moverse entre los opuestos.
Y por eso en todo proceso de aprendizaje y auto-conocimiento en el cual todo es amor y sonrisa, no es completo, falta la otra parte que le pertenece a nuestra especie humana. Me gustaría compartir contigo un poema de Osho, para mí tremendamente inspirador:

Amor

Soy uno con todas las cosas,
en belleza, en fealdad, para todo lo que sea ahí estoy.
No sólo en la virtud, también en el pecado soy un compañero,
y no sólo el cielo, también el infierno es mío.
Buda, Jesús, Lao Tse: es fácil ser su heredero,
pero, ¿Genghis Kan, Taimur y Hitler?… ¡ellos también están dentro mío!.
No, no la mitad… ¡Soy la totalidad de la humanidad!.
Todo lo que sea del hombre, es mío: flores y espinas,
la oscuridad tanto como la luz,
y si el néctar es mío, ¿de quién es el veneno?.
Néctar y veneno, ambos son míos.
A quienquiera que experimente esto yo lo llamo religioso,
porque sólo la angustia de tal experiencia
puede revolucionar la Vida sobre la Tierra.
OSHO
Este poema fue extraído del Libro: «Opuestos complementarios».

Te pido que leas atentamente esta reflexión final:

¿Te acuerdas de algún trabajo que te haya movilizado mucho?. ¿Y que te haya provocado mucha bronca y/ó tristeza?… etc. etc.
Muchas veces puedes escuchar en un trabajo personal cosas que no te gustan, y te provocan bronca, confusión, revulsión y síntomas corporales, pero eso no le pertenece al proceso, ni a tus compañeros, ni al maestro… eso te pertenece a Ti. Como dicen en México los maestros Nautl: «¿Qué es lo que duele el Veneno o la Herida ?» .
«El Niño Herido» (diría Virginia Satir), es el que reacciona. Es el que aprendió a sobrevivir creando sus propias historias e interpretaciones para crearse una nueva realidad en la cual aprendió a defenderse para sobrevivir y para ello crea una salida heroica, fantasiosa y dolorosa, pero con un Sentido Vital. Cuando alguien decide ingresar en un proceso de Transformación lo hace porque ese Sentido ya no es Vital y hasta puede ser mortal. Entonces en un plano casi revelado de su Consciencia (que se cree que es el inconsciente) emprende el Camino. Pero en determinado momento aparece el verdadero conflicto. A mí gusta decir que «Conflicto es la tensión que se genera entre Lo que Hay y Lo que Quisiera que Hubiese» , pero como todavía no está claro que hay del otro lado, y no está aún en ese plano de consciencia para mirar, puede ser que le eche la culpa al afuera, a la luz, al proceso, a los que le hicieron tal o cual cosa e inclusive a aquella persona, pareja, maestro, coach, o quien fuese. En el medio del proceso hay oscuridad, tensión, desconocimiento y muchas dudas, dolor que reaparece y se profundiza. Y si se coloca en víctima, probablemente verá el mal en el Sol y no en su estructura para mirar. Un guía puede darte instrucciones de cómo abrir los ojos, pero no puede ver por Ti y menos que menos graduar la Luz del Sol.

Y si aún tienes heridas por sanar es natural que sigan doliendo cada vez que se las toca… pero… si eres Honesto Contigo Mismo, Aceptas las Contradicciones del Ser Humano, y eres auténtico, encontrarás para ese veneno el antídoto más poderoso :

«Entregarte a Confiar»
y allí está La Sanación…
porque siempre encontrarás brazos abiertos,
disponibles para acompañarte,
y que ese niño cure sus heridas descansando profundamente,
y aunque esté con los ojos cerrados,
estará iluminado por la Luz de sus Sueños.
DANIEL ELFENBAUMTexto Original de Daniel Elfenbaum
Director y Coach Ontológico Profesional de Consultora Alas
Inspirado en textos de Osho, Elizabeth Kubbler Röss, Humberto Maturana, Aristóteles y… la Vida.

“La Luz que Enceguece” Las Contradicciones de la Transformación
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2 pensamientos en ““La Luz que Enceguece” Las Contradicciones de la Transformación

  • 08/06/2015 a las 10:04
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    Que alegría y orgullo que Danny sea mi socio y compañero de la vida!!
    Nacho.

    • 09/06/2015 a las 16:51
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      Y para nosotros tenerlos a los dos!!
      Abrazos!!!

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